Mito
la Llorona
Por los
valles y montañas, cerca de los grandes ríos y lagunas, se ha visto a una mujer
con una larga bata negra que cubre todo su cuerpo. Un cabello largo, oscuro y
negro, lleno de insectos como luciérnagas, grillos y mariposas. En vez de su
cabeza, tiene una calavera, y sus ojos son dos bolas en llamas ardiendo. En sus
manos huesudas y llenas de sangre, lleva y mece a un bebe muerto.
Es conocida
en los pueblos como la Llorona. Derraman con sus lagrimas sangre sobre la
criatura que arrulla. El bebe muerto siempre tiene una mirada acusadora con su
madre, por haberle quitado la vida. Se dice que se escuchan sus llantos cuando
no hay ningún ruido, y que asusta a las mujeres y jóvenes que hacen actos malos
que desobedezcan a sus padres.
Pinocho
En una vieja
carpinteria, Geppetto, un hombre ya anciano muy amable se encontraba terminando
un muñeco de madera, le estaba dando ya las últimas capas de pintura antes de
dormir. Una vez terminado de pintar al muñeco como a cada una de sus creaciones
decidió ponerle un nombre, “Decidido!! se llamara Pinocho!! – Dijo Geppetto” ya
que ese muñeco fue realizado con madera de Pino. Tras decidir el nombre se fue
a dormir con la única ilusión de que su creación tomase vida pues tener un hijo
al que poder cuidar y dar todo su amor sería su mayor deseo.
Esa noche
Geppetto tardó poco en quedarse dormido pues estaba realmente cansado, fue en
ese momento cuando llego un hada y al ver la hermosura con la que el carpintero
tallo a Pinocho decidió concederle su deseo de darle vida con su varita mágica.
A la mañana
siguiente Geppetto no podía dar crédito a lo que veían sus ojos, su muñeco
cobro vida. Pinocho se movía, caminaba, se reía y hablaba como podría hacerlo
cualquier niño real de su edad. Esa mañana Geppetto decidió mandar a Pinocho a
la escuela junto con el resto de niños de su edad para que aprendiese todo lo
que él no pudo aprender cuando era joven.
Pinocho
marchó hacia la escuela con “Pepito grillo” que es un consejero que el hada le
ofreció para que le guiase por el buen camino. Pero de camino a la escuela
Pinocho tropezó con dos niños que eran muy malos a los que decidió imitar
desoyendo incluso los consejos de “Pepito grillo”. Pinocho en vez de ir a
clases acompaño a sus nuevos amigos consiguiendo aventuras para nada buenas, es
por ello que el hada lo encantó otorgándole dos orejas de burro y cada vez que
contase una mentira su nariz le crecería de forma desproporcionada.
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